Las 5 dimensiones de la salud holística
- Claudia Patricia Londoño
- 17 feb 2021
- 3 Min. de lectura
La salud holística es un enfoque que se basa en la premisa de que el ser humano es un TODO integrado y complejo, y que todas sus partes están conectadas y se impactan profundamente entre sí.
En este abordaje se reconoce a la persona que hay detrás de los síntomas y se define a la salud como un estado general positivo del ser, más que la simple ausencia de enfermedades o dolencias.
Además, en la salud holística la persona es considerada como la protagonista de su propio proceso de sanación y por consiguiente la principal responsable de mantener el equilibro en cada dimensión de su vida.
Precisamente en la salud holística se consideran 5 dimensiones principales que incluyen pero que también trascienden el ámbito de la salud física y mental. El equilibrio de cada una de ellas depende de las otras.
1. Bienestar físico
Este es el aspecto que se relaciona más frecuentemente con salud y es de suma importancia pues el cuerpo físico es el único vehículo con el que cuentas para transitar por esta vida.
La salud del cuerpo suele medirse por diferentes indicadores como vitalidad, fuerza, resistencia, funcionalidad y por supuesto la ausencia de enfermedad.
Algunas prácticas relacionadas con el bienestar físico son:
Llevar una alimentación balanceada y acorde con tus necesidades individuales
Realizar actividad física de forma regular
Tener un sueño adecuado, tanto en tiempo como en calidad
Evitar el tabaco y reducir al máximo el consumo de alcohol
Reducir la exposición a toxinas

Photo by Li Sun on Pexels.com
2. Bienestar mental
El bienestar mental es otro de los más abordados por la medicina tradicional y se refiere al funcionamiento y las capacidades cognitivas, así como a la habilidad para usar tu mente en las diferentes actividades cotidianas y manejar las situaciones que se presentan. Además, la salud mental también se refiere a la ausencia de un trastorno mental.
Algunas prácticas relacionadas con el bienestar mental son:
Mantener la mente activa mediante el aprendizaje constante
Llevar una dieta densa en nutrientes
Dormir lo suficiente
Evitar los episodios recurrentes de estrés
Buscar ayuda si es necesario
3. Bienestar emocional
La salud emocional se refiere a la capacidad que tienes para reconocer, aceptar y respetar tus emociones, sin calificarlas como positivas o negativas y sin permitir que afecten tu bienestar mental y tu calidad de vida.
Cuando tienes un equilibrio en tu bienestar emocional, te sientes positivo y entusiasmado por la vida y eres capaz de gestionar tus emociones de una forma constructiva para sacar el mayor aprendizaje de cada una de ellas.
Algunas prácticas relacionadas con la salud emocional son:
Hablar sobre tus emociones
Llevar un diario para expresar tus emociones y como herramienta de autoconocimiento
Practicar afirmaciones positivas
Aprender a vivir en el presente con técnicas de atención plena como la meditación o el mindfulness
Buscar ayuda si es necesario
4. Bienestar social
La salud social se refiere a tu capacidad para crear y mantener relaciones sanas, pero también para identificar con sabiduría cuándo es momento de terminar una relación o de alejarte de ciertas personas que están robando tu energía y disminuyendo tu calidad de vida.
Tener una red de apoyo también se convierte en una fuente significativa de recursos afectivos y psicológicos que te permitirán hacer frente a diversas situaciones que se puedan presentar en tu vida.
Algunas prácticas relacionadas con la salud social son:
Participar o contribuir en una comunidad
Conectar con las personas más allá de las redes sociales
Disfrutar de la intimidad
Establecer limites y aprender a decir NO

Photo by Helena Lopes on Pexels.com
5. Bienestar espiritual
A menudo se suele relacionar la palabra “espiritualidad” con “religión”, sin embargo la salud espiritual se enfoca en el alma y abarca la conexión que tienes contigo mismo, con tu propósito de vida y con el mundo que te rodea.
Un equilibrio en tu salud espiritual te permitirá tener claridad sobre tus valores, creencias y fe, y a partir de allí establecer un propósito de vida que te ayude a sortear las diferentes situaciones de tu día a día manteniéndote fiel a ti mismo.
Algunas prácticas relacionadas con la salud espiritual son:
Reflexionar sobre ti y preguntarte si estás en el camino que tu alma anhela
Conectar con la naturaleza y hacer polo a tierra
Llevar a cabo practicas de autoconocimiento y crecimiento interior como la meditación
Si eres religioso, practicar tu fe.
Rodearte de personas y situaciones que sean consistentes con tu propósito de vida.






Comentarios